El fichaje prioritario a mitad de año por parte del Barcelona, aparte de Leo Messi, es un mediocampista de primer nivel. La opción de consenso entre la dirección deportiva y el cuerpo técnico es Martín Zubimendi, de la Real Sociedad, pero chocan con la directiva. Ahí aparece el nombre de Joshua Kimmich.
El problema con Zubimendi, su precio: 60 millones de euros (la Real exige su cláusula). El presidente Joan Laporta prefiere no tener que pagar tal dineral a ningún equipo de la Liga que se haya ensañado con el Barcelona a partir del Caso Negreira.
Ante este escenario, ha aparecido en los últimos meses una oportunidad inesperada que parece que encaja y convence a todos en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Se trata de Joshua Kimmich, de 28 años y que no está pasando por su mejor momento personal en el Bayern Múnich.
El capitán de la selección alemana está valorando seriamente emprender una nueva aventura fuera de la Bundesliga. Es una posibilidad que ha entusiasmado al entrenador azulgrana y el Barcelona ha empezado a moverse por él. Además, también puede jugar de lateral derecho, otra de las posiciones que la entidad catalana pretende reforzar este verano.
Kimmich lleva ya ocho años en el Bayern Múnich, pero este curso ha vivido situaciones tensas y desagradables. No hay el mejor ambiente dentro del vestuario, dividido y con varios clanes, y no entendió la repentina destitución del ex entrenador Julian Nagelsmann. Fue entonces cuando empezó a plantearse una salida del equipo alemán.
En este sentido, el proyecto del Barcelona, con Xavi al frente, agrada a Kimmich. Más ahora que ha empezado a recoger frutos y se ha proclamado campeón de Liga y Supercopa de España. Es un futbolista consagrado, un líder con experiencia, ganador.
Es el capitán de la selección alemana, que también podría aportar mucho fuera del campo, ahora que se ha marchado Busquets. Joshua es meticuloso y se cuida especialmente, y de puertas adentro asegura que quiere jugar hasta los 38 años. /MD